miércoles, 18 de diciembre de 2013

Un viaje a Itaca!


Cuantas veces nos preguntamos cual es el camino, si realmente todo cuanto hacemos corresponde a una vida espiritual, si realmente aquella decisión fue la acertada, etc.
Al tener en cuenta  que es el viaje el que nos transforma, en cada experiencia vivida, se hace necesario revisar lo que espero que pase en mi vida, tal vez no sea lo mejor para mi.

Cuando tenga una anhelo, (cuantas veces nos lo han dicho..)  bajarlo al corazón, consultar nuestro corazón, si hay generosidad , si hay karuna, bondad, en nuestra aspiración, si es así , estamos camino a Itaca, estamos en el camino de la transformación.

He visto a muchos en este tiempo ofreciendo lo que saben hacer, cosas sencillas ó no tanto,  como escuchar, compartir experiencias, dar animo, dar fuerzas para seguir el camino, compartir una tarde  y junto con el otro ver desde el corazón ese cielo azul de la tarde, una arboleda, un jardín, "ayudar al otro a parar y mirar el mundo con atención".

Sin practica espiritual no hay progreso en nuestras vidas y si tu practica espiritual es ir  sábado o domingo a la iglesia te estas perdiendo lo que viene, la comprensión del proceso evolutivo va mas allá de rezar o dejar de rezar.
Al llegar a Itaca  como dice el poema , después de todo  no recibirás nada , ya que todo lo tenias , es solo que estabas distraído!


Ítaca es la legendaria patria de Odiseo (Ulises), a la cual debe retornar luego de su homérico viaje…
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguardar a que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.